SHOOT THE LIFE!

Felicidad es el viaje, no el destino. Es un estilo de vida y no algo para lo que vas acumulando puntos y de repente te ganas. Si quieres algún día ser feliz no lo serás porque no has entendido que ser feliz es una decisión tuya, no algo que te llegará de afuera. No puedes pensar que algún día vas a ser feliz porque eso implica que algún día vas a tener algo que hoy no tienes, y ese es precisamente el problema. No necesitas tener nada que no tengas ya para ser feliz. Solo tú puedes hacer tu vida alegre y dichosa o permitir que sea triste y desdichada.

Dios te creo y te quiere como un hijo; y como todo padre quiere ver a su hijo feliz. Para que encuentres ese camino, ese estilo de vida, te dotó con una herramienta interna para que no tuvieras que andar buscando en otros lados. No encuentras la felicidad y es tan fácil, solo tienes que escuchar a tu corazón antes que a tu cabeza. La cabeza que está condicionada por la memoria y te distrae con demasiadas cosas materiales y prejuicios. Tu corazón es la puerta a tu alma ya que tus sentimientos construyen tu esencia. Estás hecho en la imagen de Dios y en tu esencia existe Dios. Tu alma es la conectividad con esa divinidad de amor y creación que te creo para verte feliz, por ende al escuchar a tu corazón estas escuchando los consejos que Dios te da para ser feliz. Al escuchar a tu corazón tu esencia te dice lo que necesitas para encontrar la felicidad.

La felicidad es muy diferente al placer. El placer es algo momentáneo y biológico, la felicidad duradera y emocional. Un animal siente placer, pero solo un humano puede experimentar felicidad. Esto es porque los humanos tenemos un alma, una conectividad con Dios que nos permite admirar la belleza abstracta de los sentimientos. Gracias a esa alma podemos admirar las glorias de una puesta de sol, la belleza de las flores, la luz de la luna y la grandeza de las montañas. Gracias a esa alma podemos pintar obras maestras, escribir bellas poesías o componer majestuosas sinfonías. Esto lo tenemos de más sobre el resto del reino animal para gozar la vida. El animal siente enojo, alegría, y tristeza por reacción biológica o evolucionaria, mientras que el humano es capaz de ignorar esos impulsos y ver la grandeza y belleza del plan maestro de Dios. Solo el humano puede ir en contra de sus instintos y quedarse con hambre para que otro coma. Solo el humano es capaz de llorar de alegría y de actos bondadosos hacia extraños. Solo el humano ayuna por consciencia y es capaz de moderar sus placeres por decisión. Esa diferencia con los animales, motivo de tener un alma, es la que nos responsabiliza a buscar el alto ideal abstracto de la felicidad y no solamente el incentivo animal del placer. Era solo lógico pensar que siendo dotados con más facultades para gozar la vida se nos requiera de más que vivir por simple instinto y placer.

El placer es auto-satisfactorio, la felicidad es auto-realizante. Una persona solo se puede sentir realizada cuando cumple su función como ser humano, la cual es servir. La auto-satisfacción del placer es egoísta, desgastante, y sin trascendencia; en otras palabras momentáneo. La felicidad del servicio es comunal, nutritiva y trascendental.

La bondad en el servicio y la humildad son las únicas señas de superioridad que puede tener un ser humano. La primera porque demuestra tu amor… la segunda porque te hace más receptivo al amor, y esto te acerca indiscutiblemente la verdadera grandeza.

Si vives amando vives feliz y exitoso, porque el verdadero éxito es la felicidad. Cuando hay felicidad hay plenitud, y cuando hay plenitud todo es posible, y sin esfuerzo, porque te guía la fuerza natural de la vida; la fuerza del amor. Deja que el amor guie tu vida y serás feliz.

La humildad es esencial ya que te hace más agradecido. Debes agradecer todo porque todo te fue dado. El agradecimiento te hace valorar las cosas y cuando valoras algo lo procuras, lo nutres, es decir lo quieres. Cuando quieres algo te entregas y demuestras amor, amor que te permite ser feliz cuando lo sientes desinteresada y constructivamente. Es imposible ser realmente feliz desde una nube de egocentrismo porque la soberbia jamás te permitirá entregarte desinteresadamente a algo. De ahí que la humildad es la fuerza activa del amor, que a su vez es el camino a la felicidad.

El convivio con la naturaleza, por otra parte, también es cómplice directo de la felicidad. La naturaleza representa esa comunión con la creación, ese regreso al origen. Al pasar tiempo en la naturaleza contemplas la hermosura de la vida. No conozco quien pueda ver una lluvia de estrellas, un hermoso arcoíris, un atardecer en la playa, o divisar el paisaje desde la cima de una gran montaña y no sentir un júbilo intenso por dentro. Es imposible estar al pie de una cascada o ver miles de mariposas volar y no soltar por lo menos una sonrisa. Convivir con la naturaleza y cuidarla para el que vendrá son una felicidad segura ya que estoy convencido que al pasar tiempo en la naturaleza pasas tiempo con Dios. A veces creo que mientras más te alejas de la civilización, más te acercas a Dios; y estoy convencido que el hombre que es ciego a las bellezas de la Naturaleza se pierde de por lo menos la mitad del placer de la vida.

Por último te recuerdo que solo tú puedes decidir ser feliz, y cuando lo hayas decidido no habrá fuerza alguna que te pueda cambiar. Decide ser feliz HOY porque estás vivo HOY, no mañana ni pasado mañana. Comprométete a vivir cada día intensamente, como debe ser, y pon en práctica los sentimientos que tu corazón te propone. Al escuchar a tu corazón escuchas consejos nutritivos para tu alma, mismos que te guiaran a vivir entregada e intensamente. Así, la felicidad se volverá el camino por el que transitas y la plenitud el motor que te impulsará para llegar a donde quieras llegar.